POLÍTICA ECONÓMICA

Responsable de la sección: Miguel de Sancho

domingo, 26 de octubre de 2008

Caldera: "Los valores progresistas van a verse fortalecidos con esta crisis"

R.RUBIO / D.ALONSO / M.SÁNCHEZ / M. DE SANCHO

Jesús Caldera se ha presentado, desde la aparición de la figura de Rodríguez Zapatero, como la mano derecha del hoy presidente del Gobierno español y como una de las principales figuras de este nuevo socialismo del siglo XXI. En esta entrevista, que constará de tres partes, el que fuera ministro de Trabajo y Asuntos Sociales entre 2004 y 2008 aborda la situación económica actual, la crisis y las soluciones de futuro. Esta semana ofrecemos la parte dedicada a Economía.






A tenor de la coyuntura económica y social actual, ¿se puede hablar de que exista una crisis de ideologías?

Yo creo que, en abstracto, no. Las crisis económicas son cíclicas y ha habido otras crisis pasadas que han sido más graves que esta. Lo que ocurre es que el proceso de globalización hace esta crisis nueva, global, que afecta a todo el mundo y que se deben a unas malas prácticas financieras. Quienes las alimentaron, los conservadores que no querían la intervención, son los responsables de esta situación. Esto no supone que exista una crisis de ideologías. Todas las respuestas que se están poniendo sobre la mesa son socialdemócratas y hablan de la necesidad de que el gobierno actúe, que regule con ética, con transparencia, que haga políticas de solidaridad, que intervenga y no solo vigile cuando se producen prácticas irregulares; por tanto, los gobiernos son necesarios. Por ello, debemos eliminar el impacto negativo del libre mercado, del capitalismo sin límites y salvaje tras el muro de Berlín. Se necesita ahora una Economía Social de Mercado, con reglas, con políticas de redistribución de la riqueza y de la renta y con una regulación que impida cometer, en nombre de la codicia y de la ganancia fácil, las felonías que se han cometido desde Estados Unidos y que se han extendido en todo el mundo. No se trata pues de una crisis de valores sino que, además, el pensamiento progresista, tras esta crisis, se va a ver favorecido.


¿Cuáles son las razones que arguye el Partido Socialista para afirmar que estamos mejor preparados para superar la crisis?

Estamos mejor preparados salvo que la crisis adopte dimensiones apocalípticas. Primero porque España se ha desarrollado mucho y hay 20 millones de personas trabajando, 7 millones más que en la crisis de 1994. Además hoy tenemos mucho más capital físico con infraestructuras que están a la altura de los mejores países del mundo y más capital tecnológico con empresas que están mejor preparadas en sus medios de producción. La industria del automóvil o de las energías renovables están mejor preparados. Luego está el capital humano; diga lo que diga la derecha, los ciudadanos están mejor preparados. Cuando era ministro de Trabajo, la cualificación de los trabajadores está ya por encima de la media europea; así, de cada 100 personas trabajando, 25 tienen formación universitaria y 45 tienen un nivel educativo medio-alto –menos del 30% de la población es personal no cualificado-. Cuando se produzca la reactivación económica y se comience a salir de la crisis, España tendrá mejor capital humano y tecnológico, mejores infraestructuras, una política social avanzada… que permitirá superar de mejor forma la situación.


¿No es esta una situación similar de la que pueden gozar países del centro o del norte de Europa con un Estado del Bienestar asentado y con mejores condiciones sobre la media?

Por supuesto. El colapso financiero en Estados Unidos con las hipotecas subprime ha llevado que a la hora de conceder préstamos, la legislación elaborada por los republicanos en el poder no planteó un sistema de garantías para esos créditos dudosos. Eso mismo ocurrió en Suecia, con un programa de rescate, una participación del poder público y se solucionó. La solidez del sistema bancario nos permitirá salir mejor de la crisis y los países con buenas cualificaciones saldrán adelante fácilmente. Lo que ocurre es que en una economía global, todos estamos en el mismo barco. En España, el problema es la falta de liquidez y de financiación; no hace falta intervenir en las entidades porque han actuado con bastante solvencia por lo que la única solución es proporcionar un paquete de dinero como el lanzado por el Gobierno español de 30.000 a 50.000 millones de dólares.


La tendencia intervencionista, tanto a nivel global como interno, ¿se considera una solución óptima para salir de la crisis?

Ojalá. En Estados Unidos, cuando llegó Bush a la presidencia se impulsaron las medidas desreguladoras. Todas ellas suponían restar vigilancia a las iniciativas de Wall Street. Así se han ido acumulando una serie de malas prácticas que han llevado al estallido de esta situación. Por ejemplo, los directivos de las entidades financieras percibían sus retribuciones en función de los activos y del precio de las acciones de la empresa, lo que llevaba a falsificaciones. Tenían que existir controles. El plan de rescate de Bush era tan malo que fue tirado abajo por el Senado. Pretendía comprar los activos tóxicos de los bancos y dejar a las entidades financieras que siguieran haciendo lo que quisieran. Por fortuna, ahora han tenido que copiar las propuestas impulsadas por Gordon Brown en Gran Bretaña en las que el Estado va a tener que intervenir y participar en la Banca hasta que todo se solucione. Estas medidas son intervencionistas y deben serlo porque existen excesos y porque es necesario frenar aquellas acciones que llevar a beneficiar a unos pocos y a perjudicar a la mayoría. En España no ha hecho falta llegar a medidas de intervención sino a garantizar los depósitos y al favorecimiento del crédito suficiente a los bancos para que estos funcionen en su actividad habitual. Lo que sí parece evidente es que tiene que haber nuevas regulaciones sobre los salarios, sobre las stock options… Es intolerable en una sociedad decente que haya personas que lo hagan tan mal y que reciban retribuciones de miles de millones de pesetas. Después de este paquete de rescate económico van a venir regulaciones de supervisión, control, transparencia y ética en los mercados financieros, que son además muy necesarios.


¿Qué características debe tener entonces el nuevo modelo económico que sustituya a este que se está viniendo abajo?

Todavía no se ha cambiado el sistema económico, solamente ha afectado al sistema financiero. Pero es cierto que debe cambiar el modelo de producción. Ya estamos en el cambio y este debe basarse en el conocimiento. Hay que tener cuidado para que no se agrande la diferencia entre trabajadores cualificados y no cualificados, para hacer que la globalización sea algo positivo. Para que el nuevo sistema económico sea así, debe haber menos desigualdades, con una educación fuerte y universal, con menos desigualdades de género entre hombres y mujeres en esta economía del conocimiento y además tenemos que producir de forma sostenible, sin envenenar el mundo. Vivimos en una economía del carbón y de los fósiles y es necesario proteger el medio ambiente. Según Jeffrey Sachs, con el aumento de la cantidad de CO2 en el planeta, el mundo no tiene futuro. Las temperaturas aumentarán varios grados, se producirá la extinción de muchas variedades de especies, se reducirá la protección alimenticia y entraremos en un proceso catastrófico. Sí se puede cambiar dejando de consumir CO2. Para ello se debe optar por energías renovables; España es el primer productor de energía eólica y el segundo en energía solar. Nosotros hemos hecho los deberes; si los demás siguieran ese ejemplo y fueran capaces de sustituir las energías fósiles por renovables, todo iría mucho mejor. No tiene además por qué ser más costoso. Soy un firme partidario de la energía solar. Y es que el planeta recibe una energía solar que es 10.000 veces la consumida por todo el planeta. Si eso es así, solamente se necesita organización, ciencia, tecnología y voluntad. Pero claro, hay mucha gente que gana mucho dinero con el petróleo y con el gas, arriesgando el futuro de la humanidad por mantener sus privilegios. Tiene que haber gobiernos fuertes y opiniones públicas fuertes que les obliguen a cambiar. Por ejemplo, los coches eléctricos pueden desarrollarse perfectamente y son posibles. Por todo ello se necesita un cambio profundo en el modelo económico. Si el próximo presidente de los Estados Unidos es Barack Obama, es muy consciente de esta necesidad de cambio para no seguir por esos derroteros.

¿No cree que estas medidas para paliar los efectos del cambio climático quedarán en papel mojado si priman las iniciativas para poner freno a la crisis económica?

No deberían. Algunos países de Europa han promocionado esta idea. Sin embargo, para España, producir energías renovables es un ahorro, por lo menos a largo plazo. Cada barril de petróleo que no importemos, es una transferencia de renta que evitamos. Ese dinero permitirá invertir en energía solar, eólica… y en puestos de trabajo que se crean aquí, en España, ayudando así a la buena marcha de nuestra economía. Otra situación es la de los países productores de petróleo; ellos pierden cuota de mercado pero nosotros lo ganamos. Sería un error gravísimo suspender el programa de cumplimiento del protocolo de Kyoto y no impulsar energías renovables por la crisis económica. Además, puede ser un factor positivo para salir de la crisis invertir en este segmento de actividad.




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