La economía española registró durante el tercer trimestre del año -el comprendido entre junio y septiembre- un retroceso del 0,2% respecto a los tres meses anteriores. Es la primera bajada en 15 años en buena medida por la brusca caída del consumo interno y por la coyuntura económica de crisis. De esta manera, el Estado roza la recesión, que terminológicamente se produce cuando se registran dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo. El Producto Interior Bruto interanual, por su parte, sigue estando en positivo -en el 0,9%-, aunque en los próximos meses se verá ampliamente reducido como consecuencia de las graves dificultades económicas y financieras que atraviesan los países más desarrollados y, por ende, España. El debilitamiento de la demanda interna, que solamente creció en tres décimas, explicó esta mala cifra que fue prevista por las voces más pesimistas desde hace varios meses.

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