
Preparándose para la Cumbre, Zapatero ha cumplido su objetivo de estar en la cumbre de Washington en la que se debatirá cómo poner solución a la grave crisis económica mundial. Después de reiterar la condición de España como octava potencia mundial, el Gobierno socialista, en boca de su presidente podrá contribuir a la refundación del capitalismo de la que habló en su momento el líder francés Nicolás Sarkozy. Si a ello se suma su conversación de diez minutos con Obama que abre nuevas expectativas a la diplomacia española entre las principales potencias internacionales, se puede hablar de semana redonda para Zapatero. Sin embargo, su manera de acceder a la Cumbre no es del todo "digna" según parámetros diplomáticos. La cesión de un asiento por parte del propio Sarkozy hará que esta cumbre del G-20 sea del G-21. Europa tiene, paralelamente, algo que celebrar pues tendrá un representante más en el encuentro. Mientras tanto, Zapatero pide "prudencia" y "cautela" para abordar este importantísimo encuentro internacional.
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