

MIGUEL DE SANCHO
Los rusos, después de varios meses de incertidumbre política y geoestratégica, no cesan de adquirir relevancia internacional y ahora apuestan por la compra de empresas energéticas. Y le ha tocado en este momento a Repsol. La energética rusa Gazprom anunció esta pasada semana que desea comprar el 20% de la petrolera española. La parte sacada a la venta por la constructora Sacyr ha encontrado respuesta desde las altas instituciones de Moscú.
El Gobierno español, que en un principio afirmó que no quería inmiscuirse en este plan estrictamente empresarial, manifestó en boca de su ministro de Industria, Miguel Sebastián, que no cree que este interés sea efectivo aunque reconoció que Repsol es una empresa muy valorada y codiciada. Desde Rusia, el vicepresidente del Kremlin, Alexander Zhukov, pidió al Ejecutivo nacional -inmerso en la cuestión del G-20 que diera luz verde a la operación. Aunque el Estado no tiene ninguna posibilidad de interceder en esta cuestión, toda transaccíón accionarial de relevancia en sectores energéticos y de importancia en las finanzas nacionales, son supervisados desde Moncloa para evitar determinadas irregularidades.
Esta operación genera suspicacias en el Gobierno socialista español; la gasística rusa tiene como principal accionista -con el 90% del capital- al Gobierno de Medvedev y es el grupo energético internacional con mayor capitalización. Paralelamente y pese a la posible intervención del Gobierno ruso en la economía interna de España, la dependencia energética del gas de la principal potencia de Europa Oriental podría verse respaldada lo que tendría consecuencias favorables en el coste de los recursos energéticos -ya ha habido previos proyectos de colaboración para el suministro de gas entre varias empresas de ambos países-.
Los valores de Sacyr y de Repsol subieron en Bolsa; Gazprom, sin embargo, experimentaron un descenso reseñable. Shell y Total, dos de las principales petroleras del continente europeo, también barajaron la posibilidad de quedarse con el 20% de la principal empresa petrolífera española.
Sacyr entró en Repsol a finales de 2006 con una inversión que superaba los 6.000 millones de euros y que la hizo convertirse en la primera accionista. Los descensos en Bolsa, agravados por la crisis inmobiliarias han llevado a Sacyr a querer desprenderse de la petrolera que cuenta en España con 3.600 estaciones de servicio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario